Siempre juro que va a ser la última vez que te escribo pero después sueño con que tocas bocina en la puerta de casa para ir a la plazita a tomar una birra, y me despierto sintiendo tu lado del colchón vacío más que congelado.
Siempre juro que va a ser la última vez que te escribo pero mientras tomo mates con mamá, ella me pregunta: “lo extrañas?” y con una risa fingida le contesto que no pero ella dice: “a mamá no, decime la verdad”, y la miró a los ojos sintiendo las lágrimas acumularse, asintiendo con la cabeza lo admito, no solo a mamá, sino al mundo, le dejo saber al universo que estoy otra vez en el lugar que creí haber dejado, ese en el que soy la única que extraña y le importa, volví a ponerme en el papel de siempre, aquel en el que me desvalorizo aún sabiendo que deje toda mi alma a tus pies (y poco te importo).
Siempre juro que va a ser la última vez que te escribo pero después dejo que tus fantasmas me lleven al mismo punto de siempre, al cero.
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